viernes, noviembre 03, 2006

Fi, el conejo infinito



Fi recorrió los siglos como si el fuera el bosque de su infancia, con la misma gracia y soltura. Su pelaje ha ido obteniendo el color dorado por efectos de las estrellas que iluminan su tránsito. En su lomo tiene algo borroso el símbolo del infinito. En sus ojos rosados está la tristeza de todo lo que ha visto, con pequeños destellos que son señales de su energía vital, lo que lo impulsa: La esperanza.

Desde que nació mi hijo he querido escribir una historia para él. Una historia infantil con la gracia y magia de El Hobbit de Tolkien, o quizá con el humor de Terry Pratchett. ¿Pero quienes serían esos seres que protagonizarían la historia? Recordé un pasaje del libro de Stephen King, "Mientras escribo". Allí habla de tres generaciones que no han tenido suficiente con las más de mil páginas de hobbits y que dio paso a autores de libros 'con sus' hobbits que siguen añorando. Menciona además a algunos autores y habla de 'los conejos viajeros' de " La Colina de Watership". Eso me llevó a pensar en conejos para mi historia.

Luego derivó en Hámsters. En unos que forman parte de una civilización con rasgos humanos (Tal vez por evolución o para crear alegorías más fáciles de comprender). Una historia que veo iniciada por el alboroto que ocasiona una reunión que dará el más viejo de los hámsteres, donde luego sabrán de una misión para algunos de ellos. Espero tener algo más claro y escribirla, y tenerla lista para cuando mi hijo ya pueda leerla (si la tengo antes sería mucho mejor).

Todo esto lo recordé por el episodio cuarto de Lost de esta tercera temporada, allí aparece un conejo blanco con un ocho en su espalda. (El dato friki es que en la primera temporada Sawyer lee "La colina de Watership" –Watership Down-). Me recordó otro pasaje de "Mientras Escribo" donde se hace un paralelo de la escritura con la telepatía. Allí dice: "Fíjate en esta mesa tapada con una tela roja. Encima hay una jaula del tamaño de una pecera. Contiene un conejo blanco con la nariz rosa y los bordes de los ojos del mismo color. El Conejo tiene un trozo de zanahoria en las patas delanteras y mastica con fruición. Lleva dibujado en el lomo un ocho perfectamente legible en tinta azul."

Y claro yo seguí pensando en el conejo y el número… al verlo desde otra posición vi el símbolo del infinito y así nació el primer párrafo de esta entrada.

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