sábado, julio 16, 2011

El sótano de juegos

Buenas días, Buenas tardes, Buenas noches... ¡¡Señoras y señores... con ustedes el cuento que no sacó ningún lugar en el concurso de La Gangsterera: I° Certamen Internacional de microrelatos...!!
Sip. En aquella ocasión el cuento debía presentarlo en menos de dos días y tener, contradictoriamente, una reducida extensión máxima; eso más una imagen en mi cabeza de un hombre caído sobre una escalera, una luz que solo parece iluminarlo a él... todo lo demás era negro como una gran viñeta de Frank Miller. Miré en detalle al sujeto y apareció su historia. Acá la tienen con unos puntos, tildes y cambios en un par de palabras que no vi antes de presionar "Enviar".
Que lo disfruten.

El sótano de juegos

Se derrumbó al inicio de la escalera. Acababa de cerrar la puerta y encender la luz cuya ampolleta sucia daba una iluminación enferma. Le dolía el hombro. Se palpó la herida de bala lamentándose:
-¡Me descubrió! Me descubrió ese perro loco... está rabioso ese perro... argh... Me disparó sin
dejarme dar explicaciones... Tenía una buena historia inventada -terminó diciendo en un susurro al ver como de la herida salía un chorrito de sangre que le seguía empapando la camisa y le bajaba por los pantalones.-. Ojalá que Perla haya seguido mi consejo y esté fuera de casa eso nos dará tiempo. Ahora solo debo esperar un rato para salir... ni se imaginan que he salido por una puerta y vuelto por otra...
Metió la mano en uno de los bolsillos y sujetó feliz una llave. Planeaba entrar a la oficina del jefe
y registrar su caja fuerte. Si no lo hacía ese día no tendría nunca la posibilidad de hacerlo. "Ellos deben andar buscándome lejos de aquí... Necesito taponear esta herida... antes de seguir. Aquí en este sótano debe haber algo". Miró hacía abajo y sólo estaban iluminados los escalones, el sótano estaba totalmente oscuro y recién ahí percibió el ronroneo de las máquinas y el olor a podredumbre. Llevaba dos meses trabajando allí y nunca lo visitó antes. Entró a trabajar para la Mole por el dato que le dio Perla, que trabajaba de garzona, indicándole que necesitaban un contable. Cuando entró le bastó una semana para darse cuenta que hacían lavado de dinero en el restaurante e inmediatamente se decidió quitarle todas las semanas una cantidad de dinero. Hoy día la Mole lo enfrentó y sin más le dio un tiró diciendo:
-¡Nadie juega conmigo! Y yo que te encontraba inteligente y eficiente.
Luego le pidió al Piojo que se lo llevará, en las escaleras que comunicaban con el segundo piso se soltó y arrancó.
Ahora se puso en pie y tuvo un vahído. Se sujetó con fuerza en la baranda y bajó con calma sintiendo una punzada de dolor a cada paso. Tenía un zumbido en los oídos, le molestaba el ruido y el apestoso olor. Al llegar abajo se afirmó del pilar y encendió la luz. A un lado había seis congeladores, uno de ellos apagado, en el otro lado dos sillas de madera muy resistentes tenían sangre seca. El hedor hizo que fuera a ver el congelador apagado.
Se asustó.
Allí encontró un cadáver mutilado. Comprendió lo que pasaba y fue a las escaleras. La cabeza le daba vueltas, subió cuatro escalones y cayó inconsciente.
Al despertar se descubrió amarrado en una silla. Frente a él estaba la Mole riéndose y en la otra silla amordazada y aterrada se encontraba Perla.
La Mole habló:
-Siempre dije que eras eficiente, solito viniste a mi sótano de juegos. Ya conoces a nuestro
amigo del congelador. Te dije “nadie juega conmigo”. Ahora verás como juego yo -y la cara que tenía al momento de decirlo hizo que el contable deseara estar muerto.-

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Y aunque no obtuve nada, les dejo el enlace de La Gansterera:
http://www.lagangsterera.com/