sábado, abril 30, 2022

Zumbidos - Intertanto I - La fiesta

 (Manuel, Yazmin, Lucas)


—Ya, ¿pero hablaste con él? ¿Cómo sabes que sigue enojado? 

—No lo sé… pero no es la primera vez que hace algo así…

—¿Tú creí? ¿Después de lo que pasó? Yo encuentro que esta semana Carloncho anda bien cortante, más de lo que sería entendible.

—¡Qué es lento este ascensor! ...Y si llamamos desde acá al Carlos y le contamos que tendremos una videollamada a Arica con la Emilia, capaz que se quiera sumar por Zoom. De paso se agüena con Héctor. 

—¿Saben que…? Creo que llegamos hace rato y este ascensor no prende ninguna luz de aviso. Y sobre el Carlos...

—Voh veniai callado todo el rato… ¿También estás enojado con Héctor? Oye, tu parka está super mojada….

—¿Manu, creí que me hubiese molestado en venir si estuviera enojado...? Hace rato que quiero hablar y vos no te callaí. Ábrete la reja y mira en cual piso estamos, mejor. Pasame las cervezas.

—Oye, sí, te mojaste harto, Lucas. Y en serio ¿también andas enojado?

—No, Yaz. No estoy enojado. Sí, la lluvia me agarró en el paradero. Pero de eso no quiero hablar ahora. Lo que quería decir, antes que cambien el tema es que si se han fijado en el ambiente raro que hay en estos días… en la calle, en los negocios, en la U. ¿Manuel te ayudo?

—Nop… recién me di cuenta como abrir la reja de este viejo ascensor. Y…

Manuel enfocó la mirada buscando un indicio de dónde estaban, porque era claro que no estaban todavía en el primer piso.  El pasillo tenía un problema de iluminación y su piso de cerámicas oscuras y la pared media azul fue un obstáculo para encontrar el número del piso.  Mientras escuchaba a Lucas decir su teoría.

—Creo que los efectos de la pandemia, el encierro y quizá que más tiene a la gente molesta desde que empezamos a hacer vida normal o desde antes. Pero en esta semana hay algo raro. Incluso Emilia dice que en Arica la cosa no anda muy bien, anda belicosa la gente.

—¿Hablaí con Emilia?

Manuel notó que Yazmin pronunció el nombre de manera muy fría. Hizo una nota mental para preguntar después.

—Ahora yo te ayudo con las cervezas, Lucas. Tenías razón, llegamos al piso 7 hace rato. Apenas se ve el número.

—Cierra la reja primero. Si no queda bloqueado el ascensor.

—Que te manejai con estos cacharros.

—Yaz, siempre hablo con Emilia. Pero antes de que cambien el tema, quiero plantear que ¿Que tal que sí hay una variante del Covid que nos hace ponernos violentos? Dicen que la gente que perdía el olfato u otro sentido se ponía más brusca y se molestaba por todo. Capaz que hay otra variante.

—No hueí puh, hueón… ¿Otra vez nos van a encerrar?

—No sé, Manu y si Lucas tiene razón.

—Voh le creí con facilidad… 

Se rieron los tres, pero a Manuel le pareció que la risa de Yaz era diferente y que Lucas la miraba con delicadeza…  “Tení celos de la Emilia”, se dijo Manuel y se preguntó si debía decirle a Lucas. Aunque ahora que lo pensaba Lucas no era de los que iban a las juntas, porque vivía muy lejos, decía simpre.

—¿Y cómo es que te decidiste a venir, Lucas? Vo’ siempre te quejai de lo lejos que vivimos en Concepción y hablai pestes de Conce, que no te gusta nada.

—¿No te gusta Concepción?

—Ehhh… No, Yaz. El hueón del Manuel le está poniendo color y cambiando de tema, ¿qué haremos con Carlos?

—Buena, hueón… Por fin, llegamos a este lugar de encuentro y mala música. Y, por cierto, Lucas, la Yaz se conoce Concepción y Talcahuano al revés y al derecho, ella te puede decir dónde encontrar las cosas buenas.

Manuel con su mano izquierda se puso a tocar el timbre y con la derecha golpeaba con los nudillos la puerta.

El último comentario dejó en silencio a Lucas.

—¿Te ayudo con eso, Lucas?

—¿Cómo?

—Con una caja de cervezas, el Manu te apiló todas y ni te diste cuenta. Está como loco tocando la puerta.

—Aaahh, antes mándale un mensaje al Héctor y dile que estamos en la puerta. Con la música tan fuerte no escucha nada, parece.

—Buena idea —le guiñó un ojo y se puso a escribir sin darse cuenta el efecto que causó en Lucas con ese gesto.

La puerta se abrió, dejando a Manuel golpeando el aire.

—¡Héctor!

—Aburrete Manuel Manolo Malón… Siempre hací lo mismo. ¿Y esto? Tenemos visitas del Hualpenino.

—Traiguenino y la boca te queda ahí mismo —dijo Lucas. Yazmin se rió.

—¡Y también la compañera risueña! ¿Y porque tan risueña?

—Supieras —dijo Manuel ganándose las miradas de Lucas y Yazmin.

—Me estabas escribiendo... bueno, ya estoy acá. Chicos entren… Veamos si ustedes pueden cambiar el ambiente. No sé qué bicho picó al Flavio.  Por eso no venía a abrir se puso a reclamar por el timbre.

—¿Y no te reclamó por la música? Debe estar enfermo.

—¿Qué tení contra la música o vino el DJ Manolo, ah?

Entraron al departamento. Había unas quince personas, en pequeños grupos. Unos miraron a Manuel que se fue al equipo de música, otros conversaban entre ellos dando miradas al balcón donde había dos personas discutiendo. Uno era Flavio, tenía unos audífonos puestos, la otra persona no la ubicaban, quizá era su polola. Detrás de él se veían nubarrones negros y una parte del Cerro Caracol.

En la mesita de centro había cervezas en latas y cigarros encendidos en el cenicero. En la mesa del comedor había más cervezas, bebidas, galletas y papas fritas. En el mesón de la cocina americana había unos limones y una botella de tequila. Junto a la entrada había un perchero con la mitad de las casacas, parkas de los asistentes y la otra mitad estaban sobre una silla junto a la mesa del comedor.  Próximo al perchero había un porta llaves en el que habían colgado mascarillas nuevas y sin usar.

Yazmin y Lucas fueron al refrigerador con Héctor para guardar algunas cervezas.

—Oye Héctor, ¿Cómo es eso de que está raro el ambiente?

—No sé cómo decirlo, Yaz. Andan todos medios hueones.

—¿Qué tratas de decir? —preguntó Lucas.

—Es como que todos anduvieran cortos de genio. Reaccionando mal al menor estímulo.

Yazmin y Lucas se miraron. Luego sin hablar miraron a Manuel que cambiaba canciones cada cinco segundos en el equipo de música.  Vieron que una persona que no conocían fue a hablar con Manuel. Su postura mostraba que estaba molesto.  Héctor fue también allí.

—¿Qué huea? Esto huele mal, Yaz.

—Sí, Lucas. ¿Qué hacemos?

García, que fue la manera como lo llamó Héctor, le lanzó un golpe al pecho a Manuel que lo observó sorprendido. 

—Uff… ¿Vayámonos ahora?

—¿Y Manuel?

—Preguntémosle.

Mientras tanto en el balcón la discusión había empeorado, la polola de Flavio le lanzó una cachetada, pero Flavio le atrapó el brazo.  El grupito que los observaba fue hacia el balcón.

—¡Héctor, no está bien el ambiente! ¡Nos iremos! —le gritó Lucas. Héctor asintió, se veía tranquilo más que la semana anterior cuando detuvo la pelea de Carlos con el Profe de Cálculo.

Esa vez Carlos discutió con el profe por un trabajo. La discusión subió de voltaje y Carlos terminó dándole un puñetazo en la cara al profe.  Héctor intervino, pegándole a Carlos.  Y se pegaron entre ellos.  Carlos terminó con la nariz rota y se ausentó de la U toda la semana.  No querían más peleas.

—Manuel, ¿vámonos?

—No. No. No. Yo no le tengo miedo a nadie. No me voy, hasta que todos escuchen buena música.

García protestó. Héctor le pedía calma.  En el balcón el grupito hablaba con Flavio.

Yazmin y Lucas salieron sin despedirse.

—Me enferman las peleas. Me dejó traumada ver a Carloncho con su ropa toda ensangrentada la semana pasada. No quiero ver eso de nuevo. ¿Y qué pasa con ese tal García y Flavio?

—No sé, Yaz.

—¿Y a dónde vamos?

—Tampoco lo sé. Lo que me gustaría es ir a un café donde pueda poner a secar esta parka mojada antes de devolverme a Hualpén.

—Pues, vamos. Yo conozco un buen lugar.

Ambos sonrieron. Ambos tuvieron un poco de alegría y calma esa noche, antes de que todo estallara.


* * * [Fin Intertanto I] * * *

[Continuará Intertanto II y Capitulo 3]

[--Nota 1: Mientras releía y releía lo que ya tengo escrito para saber si había problemas, me di cuenta de que solo eran vaguedades lo que dicen algunos personajes respecto a la situación en el resto del país. Pensé que podía contar otras cosas con unos personajes haciendo videollamadas, intercambio de mensajes por whatsapp y simples llamadas y luego interconectar todo. --]

[--Nota 2: Para darle más fluides a este capítulo intermedio escribí más diálogos y bueno, todos los diálogos están escritos en el "castellanus chilensis" que tenemos. ;-) --]