En estos días, acá en casa, hemos tratado de mantenernos alejado de las noticias e informaciones de rrss, prácticamente viendo solo los titulares. Para ello hemos estado viendo series de tv o películas. Sin embargo, sabemos que la situación sanitaria por la Pandemia Covid-19 no ha bajado su intensidad y por el contrario a seguido subiendo. Y eso siento que igual me ha afectado. Lo sentí al abrir el Facebook para saber como está la situación en la familia cercana (de eso no nos podemos alejar) y me asustá que se comparta información que lo que hace es dar a entender que no estamos mal.
Ese mensaje confuso de cuidarse, pero que no estamos tan mal como estamos, como esa idea de que tenemos los líderes correctos para esta situación, me deja mal, desanimado. Por eso responsabilicé a la televisión nacional y sus informaciones inocuas o de realidad paralela.
Le sumo a eso un tema que me desconcierta que es la manera en como las conspiraciones comienzan a ser seguidas y replicadas, creídas como reales. Son días confusos y la gente tratará de buscar un orden al caos creyendo en las conspiraciones, viendo en ellas una realidad revelada que les permita dar un orden a lo que estamos viviendo.
Y así se comienza a crear un escenario en que por un lado tenemos como la televisión y sus noticieros no informan la correcta realidad y por el otro como la irrealidad de las conspiraciones terminan desinformando a la gente. De ahí no saldrá nada bueno.
Se necesita información de calidad, idealmente propagada por medios masivos como la televisión para que llegue a más gente. Que informe los errores y exageraciones de las historias conspirativas. Eso puede marcar diferencia y en realidad a ayudar a que la gente tome el peso a la gravedad de la situación Covid-19.
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