Pensaba sobre el miedo, en ese compañero que llegó sin invitación en esta cuarentena, que te mira desde un rincón en este encierro, que viste un traje elegante y se ve más grande en esta pandemia. Pensaba en el miedo como el responsable de la proliferación de teorías de conspiración que he visto aparecer en grupos de guasap familiares y en el muro de Fb, como si estas pudieran darle sentido a estos días en que parece que vivimos en una irrealidad.
Son momentos en que vamos sobre un tren sin control y el miedo nos hace querer saber por qué estamos en este tren, quién lo dirige, a dónde vamos y por qué tomamos ese camino. Es el momento en que las conspiraciones mostrando mapas más irreales, donde se cree reconocer algunas cosas, nos entrega las respuestas. Y con facilidad se termina creyendo todo.
La necesidad de creer, sobre todo en momentos sombríos como en los que vivimos, con ese miedo junto a nosotros, nos deja vulnerables y aceptamos algunas cosas sin validez. Aceptamos teorías de conspiración pensando que su narrativa esconde verdad. Son parte del folclore urbano y moderno, propagado por las redes o la tv.
La tv que no se encarga de informar la verdad termina siendo el aliado de la propagación de mentiras de un fake news y de una teoría de conspiración.
Al final lo que deja es gente sin poder ver que es real y en estos días eso se incrementa y quedan a merced de patrañas y, una cosa que me preocupa también, predisponerse a otras informaciones reales o no, ya tendrán una postura.
Sacarlos del error será difícil. Eso también me da miedo y me pongo a pensar sobre ello.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario