domingo, junio 21, 2020

Día 87 de Cuarentena Total.

Desperté temprano porque el hijo quería saber si estaba despierto, para traerme desayuno y regalos por el día del padre que había preparado con la mamá. Gracias.

 
Estos días he estado recordando a mi padre y madre. Tengo unas textos escritos que voy a buscar.
Fue un día para desconectarse de lo que estamos pasando.

Esto lo escribí pensando en mi padre el 2015:

De interés duradero.



Recuerdo a mi papá sentado junto a la estufa a aserrín que había, muchos años atrás, cuando yo era un niño, en la sala de estar de la casa. Acababan de haber truenos y relámpagos y le fui a preguntar el por qué se producían, él se puso en pie y fue a un mueble con libros y revistas y me pasó una de ellas, abierta. "Toma, léelo. Ahí dice porqué", me dijo. Había una ilustración que tenía nubes llenas de signos más y menos, con explicaciones alrededor según recuerdo. A esa edad fue impresionante y con la distancia que da el tiempo logré pensar en lo significativo que fue aquello. Ese día aprendí dos cosas: como se producían los relámpagos y que había libros con respuestas y que quería verlos todos. Ese hecho, creo, fue la influencia de mi afición a la lectura.

Quizá por mucho tiempo consideré que la presencia de mi padre en mi vida de niño o adolescente fue casi ausente, con sus aportes y regaños escasos ya que era mi madre quién terminaba tomando las decisiones o castigándonos (a veces usando lo que tenía más a mano... el cucharón, la escoba o el cable con el que me había columpiado cuando ella me había dicho que no me columpiara en ese árbol), mi madre castigaba y amenazaba con acusarnos al papá y luego de su castigo temía lo que él hiciera... y al final él a veces sólo tenía un comentario "simpático" para nosotros. Sin embargo, después de todo, ya convertido en un adulto, con responsabilidades como tal, comprendí lo significativo de ese día invernal. Junto a la estufa mi padre cultivó en mí algo muy importante y duradero: "la curiosidad".-


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