Algunos decían que el gobierno utilizaría el Coronavirus y la oportunidad del encierro preventivo para hacer olvidar a la gente de sus demandas sociales, para dar vuelta la página… bueno, al final lo único que han hecho es mantener el fuego encendido, recordándonos todos los días por que estalló todo y dando muestras de lo necesario que es cambiar la Constitución.
Actualmente lo hacen todo con un descaro que parecía imposible meses atrás, inimaginable y menos post-estallido, como si nosotros no existiéramos… puede ser eso, al final sólo somos un número para ellos. Y los números son infinitos, siempre hay más.
Pero no somos números. Oficialmente hay 116 fallecidos a causa del Covid-19. O sea, hay 116 personas que murieron, personas que en cuya historia de vida habitaron este país y que no sólo fueron parte de 116 familias (estimo), también se conectan de alguna forma con todos. Historias que no conocemos. No, no me parecen solo números.
También he pensado en lo que dicen que como técnica comunicacional en tiempos de guerra no conviene mostrar los cuerpos de los muertos, porque eso impacta de manera negativa en la gente y en vez de apoyar la guerra puede pedir que ésta se termine. Y, ahora, cuando el gobierno utiliza lenguaje bélico para mostrar su disposición contra el virus, técnica comunicacional otra vez, creo que también fuerzan lo otro. No mostrar muertos, no mostrar sus historias, solo números porque podrían saber que aquellas enfermedades de base que mencionan en realidad no sean tan así y sólo forme parte de otra técnica comunicacional para evitar entrar en detalle, para omitir las historias de esas personas que terminarían afectando sus discursos y sus planes.
El gobierno no le pone empeño para que les creamos. Parece que están tranquilos así, con el calor del fuego que ellos mismos mantienen encendido.
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