Definitivamente los fines de semana baja la cantidad de gente desplazándose por Santiago. Se siente y escucha una tranquilidad interrumpida en ocasiones por ruidos de algún auto o la música de los vecinos en las tardes y lo peor sigue siendo escuchar las sirenas de ambulancias y de carros de bomberos. La tranquilidad no es para todos.
Para distraernos estuvimos viendo series y películas. Al hijo le gusta ver series policiales con la mamá, como algunos eran capítulos repetidos yo aproveché de ponerme al día con una serie ci-fi. El día lo pasamos a un ritmo diferente, donde también cambiamos la horas de las comidas. Las llamadas telefónicas nos parecieron fuera de lugar con ese cambio, "¿Por qué llaman a esta hora? Ahh... verdad somos nosotros".
Yo aproveché de leer algunos cuentos también y de escribir un poco. Pequeñas cosas de distracción para poder tener un domingo tranquilo, pero sabiendo que como fuese la amenaza de la peste Covid aún está, es como un fuerte dolor dormido por analgésicos, no te molesta pero sigue allí. Espero vengan buenos días para todos, por mientras a seguir cuidándonos.
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